No hay nada mejor que las experiencias que se obtienen viajando, aunque tengamos una carrera satisfactoria y una vida social ajetreada. Viajar amplía nuestra visión del mundo y nos hace estar más agradecidos por lo increíble que es la vida, a través de la gente, las costumbres, los atuendos, la cocina y la música que encontramos. Los viajeros frecuentes, como los nómadas digitales, son conscientes de la naturaleza estimulante y emocionante de los viajes.
Viajar no es sólo una actividad divertida, sino que también tiene efectos positivos sobre nuestra salud y nuestras emociones, tanto si nos vamos al extranjero como si sólo vamos a una ciudad cercana.
1. La alegría de planificar las vacaciones
Una investigación realizada en el Reino Unido descubrió que las personas se alegran más cuando se acercan unas vacaciones, ya que pueden viajar. La alegría suele evocarse con la anticipación de planificar un viaje, comprar los boletos de autobús, hacer el equipaje y, en general, esperar el viaje. Esto se debe a que, como sugiere la justificación del estudio, los niveles de efecto placentero de las personas se alteran favorablemente y, por tanto, mejoran su bienestar. Además, según otra investigación, esperar con impaciencia un viaje puede ser a veces incluso más placentero que esperar a recibir un producto tangible.
2. Contra la tensión y los sentimientos desfavorables
Cuando el trabajo es una fuente importante de estrés para nosotros, viajamos no tanto para explorar nuevos lugares como para escapar en la medida de lo posible de los aspectos desagradables de nuestra vida. Los viajes y las vacaciones pueden ayudar a controlar el estrés y las emociones negativas porque nos alejan de situaciones y actividades estresantes, según el estudio sobre el estrés de la Asociación Psicológica Americana. Incluso se cree que, en algunas circunstancias, viajar puede ayudarnos a restablecer nuestras emociones y volvernos más sensibles.
3. Evitar la depresión
En un viaje al Caribe, ¿quién podría estar deprimido? En las ciudades la vida va mucho más deprisa, y la combinación de las interminables prisas en el trabajo y el tráfico puede provocar importantes problemas de tristeza e irritación, que repercuten directamente en el bienestar general de las personas.
Desde el punto de vista psicológico, cambiar las rutinas diarias, la casa o el trabajo y las actividades tiene muchas ventajas. Por ejemplo, tanto el cuerpo como la mente pueden recuperarse de los efectos acumulados de un estrés prolongado.